La ciudad de Buenos Aires deberá implementar un plan de reforestación del 35% del arbolado urbano en un plazo de siete años.

Este jueves la Legislatura porteña aprobó por 50 votos positivos a favor y cuatro abstenciones un programa especial de reforestación destinado a alcanzar el 35% de cobertura arbórea del espacio aéreo dentro del plazo de siete años, a instancias de un proyecto del diputado del Partido Socialista Roy Cortina.

La iniciativa prevé la plantación de un mínimo de cien mil ejemplares nuevos. Asimismo establece que la definición de los lugares de plantación se realizará en función de aspectos ambientales, paisajísticos y utilitarios, priorizando las planteras de alineación vacías o sub-ocupadas y los espacios de dominio público de las Comunas que registren menor cantidad de ejemplares, conforme los datos del último censo realizado.

El mismo arrojó que de las Comunas registradas con menos plantaciones figuraron la 3 -que reúne a los barrios Balvanera y San Cristóbal- con un 11% de cobertura de árboles del total de su superficie; la 14 -Palermo- con 15%, la 9 -de Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda- con 15%, y la 10 -de Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro- con 17%.

La diputada Mercedes de las Casas (VJ), titular de la Comisión de Ambiente, destacó que “el arbolado público reviste una gran importancia para los centros urbanos de las dimensiones y características de la ciudad de Buenos Aires, en virtud de su aporte al cuidado del ambiente y la calidad de vida de las personas que los habitan y transitan por sus calles”.

La legisladora del Frente de Todos Laura Velasco acompañó el proyecto pero pidió una propuesta de su autoría para aumentar también las plantaciones de árboles en los barrios populares.

Por último, el diputado Cortina agradeció a Velasco por haber retirado su proyecto de modificación de la Ley de Arbolado Urbano y se comprometió a debatir el tema el año próximo.

Asimismo señaló: “Dentro de los múltiples beneficios que produce (el arbolado) puede enumerarse su contribución a la reducción de la contaminación a través de la retención de un alto porcentaje del polvo y partículas de carbón en suspensión generadas por el tránsito vehicular, su actuación como eficaz barrera sonora y la prevención de la erosión del suelo”.