El Senado decide: derechos o abandono
26 Agosto 2025
El veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad amenaza con dejar sin cobertura a millones de personas en todo el país. Los senadores tienen ahora la responsabilidad de definir si avalan ese recorte o defienden el derecho a la salud y la rehabilitación.
En este contexto, Daniela Aza, licenciada en Comunicación, decidió escribir una carta abierta dirigida a los senadores de la Nación. Su testimonio refleja lo que está en juego: no se trata de un debate técnico ni de un número en el presupuesto, sino de la continuidad de tratamientos, terapias y apoyos esenciales para la vida cotidiana de millones de personas. Su voz interpela directamente a quienes deberán decidir si acompañan o no el veto presidencial.
Carta abierta a quienes integran la Cámara de Senadores de la Nación:
Nací hace 40 años. Desde mis primeros segundos después del parto, mi familia comenzó a convivir con algo que se llama “Discapacidad”. y empecé a vivirlo en primera persona. Fue una etapa dura, complicada, angustiante. Corría 1984 y el mundo era otro, no existía internet ni las redes sociales. El acceso a la información era nulo para despejar inquietudes sobre un diagnóstico que parecía un auténtico trabalenguas: Artrogriposis múltiple congénita. Pasar por 15 cirugías fue inevitable. Y también fue inevitable el acceso a un prolongado tratamiento que incluía largas sesiones de terapia ocupacional, y que incluyó, en algún momento, una visita a la psicóloga. En esto especialmente es donde quiero detenerme y hablarles. Cuando abrí mis ojos al mundo, los médicos fueron tajantes y le dijeron a mis papás: “Esta nena no va a poder caminar”. Por suerte, se equivocaron. Y fue gracias a esas cirugías y especialmente, a esos tratamientos y a toda la rehabilitación, que comencé a adquirir, lentamente, cierta independencia. Gracias a todo eso me convertí en profesional, siendo egresada de la universidad pública como Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Tengo la fortuna de expresarme y difundir en mis redes sociales para inspirar, motivar y educar a personas y empresas en materia de discapacidad. Me convertí en esposa, y el año pasado pude cumplir uno de los mayores sueños de mi vida: Ser mamá de Lucas, quien hoy tiene 9 meses.
¿Por qué me expreso con esta carta y por qué me dirijo a ustedes? El día miércoles 20 de Agosto hubo una sesión especial para tratar el veto por parte del Poder Ejecutivo a la ley 27.793 que declara la emergencia nacional en materia de Discapacidad. Y por suerte, pudieron primar la racionalidad y el sentido común, rechazando el veto presidencial. Y quiero subrayar lo que en la misma se trata sobre tratamientos y rehabilitación: El artículo N° 4. Se titula “Medidas de protección y promoción de derechos”. El inciso B) sostiene la propuesta de “Fortalecer a los prestadores de la ley 24.901 asegurando en forma expeditiva y simplificada el acceso a un régimen de emergencia de regularización de deudas tributarias, condonación de intereses, multas y demás sanciones, refinanciación de planes de pago vigentes y de las deudas emergentes de planes caducos (...) entre otras medidas que garanticen la continuidad de, los servicios de interés público que brindan” y el inciso C) “Disponer el financiamiento adecuado y sostenible para implementar en forma expeditiva la compensación arancelaria y la actualización del valor de los aranceles del Sistema de Prestaciones Básicas de Atención integral a favor delas Personas con Discapacídad. instituido por la ley-24.901, dispuestas en los artículos 13 y 14 de la presente ley, liquidando en forma expeditiva los montos adeudados” .
Señores Senadores, si esta ley queda completamente vetada, estamos hablando de poner en riesgo tratamientos y rehabilitación de millones de personas con discapacidad en todo el país. No es un tema menor. Apelo a que ustedes se comporten mínimamente como bien indica la Constitución Nacional en su artículo 22: “el pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por la Constitución”. Por favor, les pido que estén a la altura de las circunstancias, y representen a quienes hoy por hoy, sufren el flagelo y la incertidumbre de no saber si pueden continuar con sus tratamientos. Pónganse a la altura de sus colegas que trataron y aprobaron la adhesión a la “Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad” en 2008. Supongo que la habrán leído y les habrá resonado el inciso J) que indica “Reconociendo la necesidad de promover y proteger los derechos humanos de todas las personas con discapacidad, incluidas aquellas que necesitan un apoyo más intenso” . ¿Están reconociendo estas necesidades si permiten que esta ley quede definitivamente vetada, señores diputados? ¿están protegiendo los derechos humanos de todas las personas con discapacidad? Como bien les mencioné antes, soy madre. Les pido por favor que no permitan que mi hijo vea una sociedad donde las personas con discapacidad como su mamá se encuentren abandonadas y olvidadas. Sus vecinos, los Diputados, dieron el primer paso. Ahora, confío en ustedes.